"¡Es un bicho raro!" Respondió, apretando sus dientes dijo. "Ya no nos preocuparemos por eso. Si viene ¡atacaremos! ¡Esta vez lo haremos hasta dejarlo inconsciente!"
"¡Esta bien!" Los cuatro restantes dijeron al unísono.
Justo cuando se ponían en posición de combate, un gran sentimiento surgió de sus corazones. La temperatura cayó varios grados. Se oían crujidos cuando el hielo comenzó a congelar el lugar. En un segundo, las cuatro paredes estaban completamente cubiertas por una fina capa de hielo. Un fuerte sonido le siguió cuando alguien abrió la puerta de la habitación.
"¿Qué está pasando?" Pregunto uno de ellos, antes de comenzar a temblar por el frío.
"¡¿Quién es?!" Miró a quien venía desde la puerta, al darse cuenta quién era entró en pánico. Una fría capa de hielo se estaba formando en su frente, mientras miraba a la mujer de la puerta. Tartamudeando dijo. "¡Her... Hermana mayor Su Yan!"
"¿Hermana mayor Su Yan?" Las expresiones de los otros cuatro cambiaron dramáticamente.
Era una belleza deslumbrante con una expresión fría e indiferente, vestida con una túnica completamente blanca. Con apariencia perpetua como un loto de nieve que nunca envejece, el cual florece eternamente en la cima de la montaña, llevando consigo el frío penetrante de los dioses, mientras desciende al reino de los mortales. Ella es tan noble y tan fría a la vez. Cuando sus hermosos ojos recorrieron la habitación, los cincos discípulos se sintieron tan inferiores que inconscientemente bajaron la cabeza en su presencia.
Su Yan se apresuró desde el Mercado Viento negro hasta la prisión. Pensando que Su Mu estaba atrapado aquí, mientras se acercaba sintió los rastros de una batalla que estaba ocurriendo, por lo que llegó lo más rápido que pudo. Al abrir la puerta, lo que vio hizo que su corazón temblara ligeramente. Dentro de la sala, habían seis personas. Cinco eran discípulos del Salón Disciplinario. El otro, era una persona tambaleándose, cubierta de sangre y con su ropa completamente rasgada, aunque parecía que caería en cualquier momento, dentro de sus ojos había una fuerte mirada que rechazaba perder.
¡Él es.... el que había conocido antes! ¡Yang Kai! ¡Es el discípulo que estaba con Su Mu, el discípulo de prueba que había derrotado a Cheng Shao Feng! Raudamente expandió su Sentido Divino para examinar toda la escena. Su Yan quedó atónita. Al examinar a Yang Kai, descubrió que estaba lleno de heridas. Aunque sus lesiones no eran suficientes para quitarle la vida, con su nivel, debería ser imposible que se mantuviese consciente, menos que este de pie. ¿Qué tan grande puede ser su fuerza de voluntad?
En este corto tiempo, Su Yan entendió más o menos lo que había ocurrido en este lugar. Raramente las emociones alteraban su corazón, pero esta vez estaba un poco enojada. En un destelló ella desapareció y reapareció al lado de Yang Kai para ayudarlo a sostenerse en pie. Envió la helada energía de su Yuan Qi hacía él, tratando sus heridas interiores y exteriores de su cuerpo.
Tan pronto como sintió que esta energía helada entraba en su cuerpo, su ardiente energía comenzó a retroceder, dándole espacio a la energía invasora. Y poco a poco su borrosa mente se hizo más clara. Sentía un aroma puro y agradable al borde de su nariz. Yang Kai miró a quién lo sostenía y al ver quien era su ferocidad desapareció gradualmente. La sensación era como estar sentado en una montaña nevada, con una brisa fría y fresca que eliminaba todos los ruidos exteriores. Al estar a su lado, no pudo evitar pensar en tomar su mano y vivir alejado del mundo junto a ella.
"¿Quién de ustedes lo atacó?" Su Yan preguntó con una fría y calmada voz.
Los cinco se miraban unos a otros. Temblaban, con sus cabezas agachadas uno dijo. "Todos lo hicimos". La enorme presencia de Su Yan les impedía mentir.
Ella asintió con su cabeza. "¡Muy bien, es bueno saberlo!" Seguía siendo el apoyo de Yang Kai, lentamente lo ayudo a caminar hasta salir de la habitación.
No fue hasta que ya no veían la figura de Su Yan que los cinco se relajaron. Sentían que habían sobrevivido a una gran calamidad. Pero antes de que pudieran alegrarse, una sensación de terror los inundo. Desde la puerta, vieron un pequeño trozó de hielo que venia flotando, se extendía rápidamente hasta el tamaño de una palma. Tenía la forma de un copo de nieve. Luego, el copo se separó en cinco más pequeños y cada uno de ellos entraron en los cuerpos de los discípulos. Lentamente, la helada energía de Su Yan los hizo sentir un agonizante dolor, cayeron al suelo y sufrieron numerosas heridas.
"¡Demasiado poderosa!" Su cara estaba pálida por el miedo y temblaba producto del frío. No pudo ver en que momento ella los ataco. Desde el inicio había planeado su ataque. Si no fuera por que la hermana mayor estaba tranquila, no habrían sobrevivido. Aunque recibieron muchas heridas, si ella quisiera les quitaría la vida de una manera tan simple como alguien que pellizca y rompe la concha de un caracol.
Fuera de la habitación, Yang Kai seguía caminando con pasos tambaleantes y apoyado en ella. Al escuchar los agonizantes gritos de atrás, volvió su cabeza con asombro hacia Su Yan y le dijo "¿Realmente los atacaste?"
Sus largas pestañas, se cerraron lentamente antes de decir. "Sí, Tú... ¿estas bien verdad?"
"Estoy bien" Asintió, luego le dijo. "Por favor, ve y ayuda a Li Yun Tian y a los demás también".
"¿Y donde está Su Mu?" Preguntó.
"No lo sé" Calmadamente le dijo. "Él no fue encarcelado, probablemente lo enviaron de regreso a su hogar, ya que estas personas no se atrevieron a tocarlo, debido a su estatus".
Al escuchar esto, ella dejó escapar un suspiro de alivio. Continuaron caminando de esta forma. No mucho después, llegaron a la celda donde estaban Li Yun Tian y los demás.
Cuando vieron a Yang Kai y Su Yan cogidos por el brazo, mostrando tanta intimidad, quedaron conmocionados. Sus respiraciones se hicieron pesadas "[¡Oh cielos Yang Kai! ¡Si yo pudiera estar solo un segundo así tan cerca de Su Yan, incluso en la muerte estaría satisfecho!]" Estaban muy celosos.
"Salgan todos ustedes" Su Yan levantó su mano rompiendo la cerradura de la puerta al instante.
Todos jadearon involuntariamente al salir. Estúpidamente miraban las figuras de ambos muy juntos. Su Yan se dio cuenta de ser observada de esta manera, lo que la hizo poner una expresión muy gélida.
"Vamos, los llevaré afuera" Con su gélido pero hermoso rostro y apoyando a Yang Kai, caminó al frente, mientras Li Yun Tian y los demás los seguían.
No mucho después estaban a las afueras de la prisión. Cuando salieron, los brillantes rayos del sol los cegaron unos segundos. Al recuperar su vista, se dieron cuenta que estaban rodeados de al menos cien discípulos del Salón Disciplinario.
"¡Qué gran alboroto!" Gritó Yang Kai con frialdad. "Hermana mayor, ¿deberíamos ir y saludarlos adecuadamente?"
Su Yan no respondió. Ella solo recorrió con su mirada al grupo de personas. Continuó apoyando a Yang Kai y avanzó. Nadie se atrevió a bloquear su camino. Todos la miraban con miedo en sus ojos, se movían automáticamente hacia un lado para dejarla pasar.
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