Yan Zhi no se atrevió a dudar, por lo que inmediatamente convocó un Artefacto de rango bajo grado Santo con forma de espada. Cuando apareció en su mano, su impulso aumentó notablemente y su cuerpo emitió un helado latido, haciendo juego con el aura de su Espada de Hielo Profunda, como si ambos se fusionasen en una sola entidad. Antes de que la criatura lo alcanzara, blandió la espada enviando un deslumbrante rayo de Energía gélida, la cual se extendió desde él, como si hubiese descendido una tormenta de invierno, lo que provocó que la temperatura dentro de un radio de mil metros circundantes cayera bruscamente. Entonces, ondas de espada fueron enviadas desde el Artefacto y volaron directamente hacia el Dragón Dorado con un impulso imponente.
Sin embargo, el enorme dragón no hizo el menor intento de evadir y en cambio se estrelló directamente contra las ondas de espada. Las chispas volaron cuando las innumerables hojas de Energía gélida aterrizaron en las escamas ardientes, antes de que se evaporaran como gotas de agua, perdiéndose en un infierno furioso. Al ver esto, los ojos de Yan Zhi se encogieron y un profundo miedo brotó en su corazón. La Cueva Cielo Congelado se especializa en Artes Secretos y Habilidades Marciales de Atributo Hielo, por lo que enfrentarse a este majestuoso Dragón Dorado el cual emite una intensa Energía ardiente, es como un ratón que se encuentra con un gato. En esta situación, Yan Zhi ni siquiera puede demostrar el ochenta por ciento del poder de su Espada de Hielo Profunda y aunque tiene otros métodos a su disposición, no se atreve a usarlos libremente bajo esta aura ardiente, ya que sus técnicas no funcionarán adecuadamente.
El Dragón Dorado voló frente a él y abrió sus enormes fauces, haciendo que Yan Zhi gritara mientras balanceaba su larga espada, enviando una onda gigante de luz contra la criatura. Su movimiento fue solo un intento de ganar el tiempo suficiente para escapar. Después de todo, frente a un Emperador Monstruo del Noveno Reino, admitió libremente que no es un digno oponente, por lo que definitivamente morirá. Sin embargo, su ataque lo detuvo un instante. Es por eso que Yan Zhi frunció el ceño. Si esta criatura fuese una Bestia Demoníaca del Noveno Reno, le hubiese sido imposible bloquearlo. Después de examinarlo de más cerca, descubrió que aunque el aura y la forma imponente del dragón son abrumadoras, la fuerza dentro de su cuerpo no parece estar a la par. Las fluctuaciones que sintió provenientes de este Dragón Dorado, son casi iguales que las de él, posiblemente incluso algo más débiles. Entrecerró sus ojos y dejó de escapar y en su lugar atacó mostrando un método tras otro para luchar contra esta gigantesca criatura.
Al ver el poder del Emperador Dragón reaparecer en todo su esplendor, Chen Zhou quién había estado en desventaja en su pelea contra Bai Jing Chu, se sintió inspirado y rápidamente cambió el curso de la batalla. Mientras que todos los maestros del Palacio Dragón Fénix despertaron de manera similar y sus ojos se llenaron de un brillo casi fanático. Era como si pudiesen imaginarse el brillante futuro de su Secta, por lo que ahora luchan sin miedo contra los invasores, obligándolos a retirarse una y otra vez. Sun Yu quién está protegido dentro del halo de luz de la Hoja Plateada, miró hacia el campo de batalla, apretando los puños mientras vitoreaba en silencio al Dragón Dorado. Sin embargo, en su corazón, se sintió confundido, preguntándose por qué su Mayor Yang no eligió aparecer en persona y en cambio, utilizó la Herencia del Emperador Dragón para sofocar al enemigo. En su mente, si Yang Kai apareciera y mostrara su verdadera habilidad, podría vencer fácilmente a Yan Zhi y al resto de enemigos sin problemas. Después de todo, su visión y experiencia no son altas, por lo que no sabe que solo es un maestro del Tercer Orden de Trascendencia.
Después de una breve pero feroz batalla, Yan Zhi se largó a reír. "¡Resulta que esta cosa es solo un gran gusano mediocre! ¡Jajaja!" Cuando apareció por primera vez este dragón, pensó que se enfrentaría al legendario Emperador Monstruo del Noveno Reino, pero ahora, luego de determinar su verdadera fuerza, en el mejor de los casos, es comparable a la suya. Eso significa, que tiene el poder para resistirse, por lo que dejó de contenerse, enviando una ráfaga de ataques tras otro, bombardeando las escamas doradas. Al parecer, este Dragón Dorado no ha madurado por completo y solo puede mostrar una fuerza equivalente a una Bestia Demoníaca del Octavo Reino en la etapa inicial. Luego de analizar todo esto, Yan Zhi se calmó.
La Espada de Hielo Profunda emitió un aura helada, la que chocó de frente con el aura caliente de la criatura. Los dos se compensaron, creando una espesa niebla que cubrió todo el cielo, dificultando a los que están a la distancia ver algo más que solo destellos provenientes de la batalla. Dentro de la niebla, chocaron una y otra vez, sin embargo, el Dragón Dorado comenzó a mostrar expresiones casi humanas en su rostro. Desde hace tiempo, Yan Zhi sintió que en lugar de estar luchando contra una Bestia Demoníaca, ¡está luchando contra otra persona! Además, a medida que avanzó la batalla, los movimientos de este dragón se volvieron más nítidos y refinados, como si se estuviese volviendo rápidamente más fuerte ejerciendo cada vez más presión sobre él.
Cada vez que las garras incomparablemente afiladas lo atacan, Yan Zhi sintió la idea errónea de que están atravesando el espacio, haciendo que el sudor frío cayera por su frente. Sin embargo, pronto se calmó y canalizó su fuerza en la Espada de Hielo Profunda, liberando un destello brillante. Al siguiente instante, desde la punta de su espada, se condensó una gigantesca estaca de hielo, la cual salió volando hacia la criatura. Frente a este ataque increíblemente poderoso e inevitable, el Dragón Dorado no mostró temor y en cambio, abrió su gigantesca boca y lanzó un rayo dorado de Energía ardiente. Las dos masas de Energía de Atributos opuestos chocaron entre sí y explotaron, provocando una magnifica exhibición de luz, cegando a todos en el área circundante. Sin embargo, el rayo abrasador ganó en términos de pureza y densidad, por lo que después de derretir la estaca de hielo, su impulso restante se disparó sin obstáculos hacia Yan Zhi.
La mirada de Yan Zhi se mostró nerviosa mientras intentaba esquivar apresuradamente, sin embargo, en ese momento, escuchó una voz burlona en su mente. Sorprendido por esta inesperada comunicación, sus movimientos se estancaron y miró con asombro al Dragón Dorado. Pero para cuando recobró el sentido, fue demasiado tarde para escapar. El rayo de Energía todavía era lo suficientemente poderoso como para que la atmósfera circundante se deformara, por lo que hizo que Yan Zhi soltara un grito lastimero. Liberando apresuradamente su Verdadero Qi helado para tratar desesperadamente de compensar el daño causado por la Energía ardiente. Un momento después, luego de que el rayo pasó, la respiración de Yan Zhi se volvió desordenada. Aunque no fue herido de gravedad, su barba y cabello se quemaron por completo. Es por eso, que miró a la criatura con un odio manifiesto. La voz que perturbó su concentración fue transmitida desde este Dragón Dorado, provocando que sufriera un golpe que no pudo evitar. Sin embargo, lo que más le molestó, es que dicha voz es demasiada humana como para ser una Bestia Demoníaca.
"¡Me importa una mierda si eres o no realmente el Emperador Dragón! ¡Ya que te atreviste a lastimarme, morirás miserablemente!" Gritó enojado mientras lanzaba su Espada de Hielo Profunda al aire, la que se transformó al instante en una Bestia Demoníaca gigantesca con una forma extraña, la que luego se lanzó hacia el Dragón Dorado y se enredó en él. El dragón rugió mientras luchaba violentamente, pero no logró escapar de su atadura, por lo cual, Yan Zhi aprovechó la oportunidad para concentrar una Energía escalofriante en sus manos, acercándose, antes de lanzar un vicioso golpe de palma hacia el vientre del Dragón Dorado. Sus escamas doradas que habían sido inmunes a cualquier ataque, no pudieron resistir y se rompieron, lo que permitió que las manos de Yan Zhi se hundieran profundamente en la carne. Cuando sacó sus manos, una sangre roja oscura mezclada con un resplandor dorado salpicó. "¡Jajajaja!" Se largó a reír locamente. Desde que inició la batalla, finalmente pudo herirlo, por lo que rápidamente sintió que saldría victorioso. "¿Crees que porque tiene ese enorme cuerpo eres invencible? ¡Ingenuo!"
Al escuchar estas palabras, pareció que el Dragón Dorado se irritó por completo y su enorme cuerpo comenzó a retorcerse y a distorsionarse, antes de encogerse rápidamente. Al hacerlo, inmediatamente escapó del enredo de la transformada Espada de Hielo Profunda. Yan Zhi se sorprendió ya que nunca escuchó hablar de una Bestia Demoníaca que pudiese ajustar el tamaño de su cuerpo libremente. Sabe que algunas logran alcanzar la forma humana, pero la escena frente a él, excede sus conocimientos por mucho. Sin esperar a que volviera en sí, el ahora mucho más pequeño Dragón Dorado, se disparó hacia su oponente, deslizando sus afiladas garras.
Yan Zhi rápidamente descubrió, que aunque el tamaño del cuerpo de su oponente se redujo, su imponente aura e impulso no cambiaron en absoluto. Sin embargo, lo peor es que ahora, se volvió más rápido y ágil que antes. De repente, una serie de cadenas de Energía dorada aparecieron junto al dragón, antes de sellar el espacio alrededor de Yan Zhi, atrapándolo en su lugar. Simultáneamente, una lanza dorada apareció de la nada, llevando consigo un poder capaz de destruir los Cielos. En un abrir y cerrar de ojos, esta lanza pareció saltar a través del espacio y perforar hacia él.
"¡Es imposible!" Gritó. Su visión es bastante buena, por lo que naturalmente, pudo decir de un vistazo, que las cadenas que lo atan y la lanza imponente que intenta empalarlo son Habilidades Marciales extremadamente profundas. ¿Cómo una Bestia Demoníaca podría hacer algo así? Después de rugir fuertemente, de alguna manera logró moverse hacia un lado, evitando por poco la lanza dorada, pero no pudo escapar de las cadenas que lo rodean. Sin embargo, en su lucha desesperada, inadvertidamente tocó una de estas cadenas y de repente sintió que su cuerpo se volvía pesado, como si una gran montaña estuviese presionando sobre su cabeza, e incluso, su Alma mostró signos de estar encarcelada. Aunque este sentimiento solo duró un breve momento, en una batalla entre dos maestros igualados, la más mínima brecha puede afectar en gran medida el resultado final.
Me hubiera gustado saber cómo se las habría ingeniado Yang Kai para enfrentarse con los maestros al mismo tiempo sí le tocaba...
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