Capítulo N° 00890 - ¿Han Venido Tantos?

Los Alquimistas de grado Santo son demasiado raros y casi todos son administradores de alguna rama del Gremio de Alquimistas en alguna ciudad importante. Como hay demasiadas personas que quieren solicitar sus servicios, es bastante normal que esperen por años para poder hacerlo. Sin embargo, la situación de Tierra Santa es completamente diferente. Debido que el misterioso Gran Maestro es un desconocido para el mundo, muy pocas personas han venido a solicitar su ayuda, así que no había necesidad de esperar en absoluto. De modo que cuando Xu Hui escuchó a los dos maestros del Reino Santo decir que le dirían a sus amigos y familiares que vinieran, sintió de repente que eran más agradables a la vista, por lo que asintió con una sonrisa cordial. "Bien, siempre y cuando paguen lo que corresponda, estaremos felices de aceptar sus solicitudes".

"Ciertamente correremos la voz" Los dos hombres asintieron guardando cuidadosamente sus respectivas píldoras de grado Santo antes de volar apresuradamente para contarles sobre las buenas noticias a sus seres queridos de este maravilloso lugar.

El tiempo pasó volando y pronto se fue un mes. Afuera de la Nueve Cimas, una gran multitud se movía, creando una atmósfera animada. Cultivadores del Reino Trascendental y del Reino Santo se alinearon en una larga fila, esperando ansiosamente sus turnos mientras miraban con curiosidad hacia Tierra Santa, con distintos tipos de expresiones. Todos ellos escucharon hablar sobre el misterioso Gran Maestro, por lo que vinieron a solicitarle servicios de Alquimia. Durante el último mes, más y más personas han venido. Al principio, solo fueron grupos dispersos de cultivadores viniendo a probar suerte, pero como se fueron con píldoras de grado Espíritu o de grado Santo de alta calidad en sus manos, muchos más se vieron atraídos. Poco a poco, más personas llegaron y de un momento a otro, la frecuencia aumentó y se convirtió en la situación actual.

En estos momentos, afuera de las Nueve Cimas, hay unas pocas docenas de maestros del Reino Trascendental y del Reino Santo esperando en línea, lo que obligó a los Ancianos Luo Sheng y Meng Tian Fei a liderar a un grupo de discípulos para mantener el orden. Los discípulos de Tierra Santa fueron tan corteses y acogedores como fue posible, estableciendo lugares para que los invitados se sentaran y descansaran, brindándoles algunos refrigerios simples mientras esperaban su turno. Sin embargo, si alguien se atrevía a actuar de forma ruidosa y no seguía las reglas establecidas, sin importar su estatus, era expulsado sin excepción. Esta es la política que Yang Kai estableció personalmente, por lo que los Ancianos hicieron todo lo posible por implementarla.

"¿Cuánto faltará?" Uno de los cultivadores cercano a la cabeza de la fila de repente se quejó.

"Relájate, subiremos a continuación" Uno de sus compañeros lo consoló.

"Si, no estés tan ansioso, solo nos quedan unos pocos días de espera. Si fuese cualquier otro lugar del mundo, ten por seguro que tendrías que esperar años" Añadió una tercera persona.

"Bien" El primero en hablar asintió y su estado de ánimo mejoró. "Escuché que el Gran Maestro Alquímico de Tierra Santa no ha fallado ni una sola vez desde que comenzó a ofrecer sus servicios. Todas las píldoras las ha refinado exitosamente, sin importar si son de grado Espíritu o de grado Santo las ha refinado con éxito. ¡Todos quienes han venido están muy satisfechos!"

"Eso no es todo, muchos se fueron con Venas de Píldoras".

"¿Eso es cierto? ¿Realmente obtuvieran píldoras con Venas de Píldoras?"

"Yo también lo escuché"

"¿Qué pasa con el pago entonces? ¿Piden más cuando aparecen?"

"No piden más, Tierra Santa solo parece pedir la remuneración equivalente al valor de una píldora ordinaria, pero deberías ofrecerles más, obviamente no se negarán".

"¡Naturalmente! Debemos ofrecerles más en compensación para dejar una buena impresión. De esa manera, la próxima vez que vengamos, será más sencillo. Jejeje, de hecho preparé especialmente algunas Piedras de Cristal extras por si tengo la buena suerte de obtener Venas de Píldoras".

"Ese misterioso Gran Maestro es una verdadera potencia... para lograr todo esto al menos debe ser un Alquimista de rango medio grado Santo, ¿verdad? Creo que sin considerar al Viejo Hombre de la Fortaleza del Cielo estamos frente al Alquimista más grande del mundo".

"Yo diría que en realidad hay más de un Alquimista de grado Santo aquí..."

"¿Por qué dices eso?"

"¿No has notado que el ritmo de la Alquimia aquí es demasiado rápido? En un solo día, siempre se refinan al menos diez píldoras, de las cuales son de rango alto grado Espíritu y muchas son de grado Santo. ¿Un solo Gran Maestro podría hacer esto?"

"¿Quieres decir que hay varios Grandes Maestro en Tierra Santa?" Cuando pensó lo que significa esta declaración, se sintió conmocionado. Los Alquimistas de grado Santo son extremadamente raros y todas las Fuerzas del mundo están desesperadas por tener uno trabajando para ellos. Sin embargo, muy pocas fuerzas son capaces de cultivar a un Gran Maestro. Estos Alquimistas son venerados por sus Sectas y trabajan solo para ellos. Es más, normalmente solo toman medidas una vez cada pocos meses, a veces incluso pasan años sin refinar una sola píldora, pasando la mayor parte del tiempo complaciéndose en sus propios intereses o estudios. Por otro lado, el Gran Maestro de Tierra Santa probablemente no tiene tiempo ni para tomar un sorbo de agua, mucho menos para disfrutar de la naturaleza. Por lo que no es una exageración decir que se está convirtiendo en el benefactor supremo de la gente común del mundo, alguien digno de adoración y respeto.

Tales discusiones ocurrieron con frecuencia entre los cultivadores que esperaban, lo que hizo que se sorprendieran por la inmensa Herencia de Tierra Santa. Lo único que lamentan, es que este Gran Maestro solo refina una píldora por persona. Pero es normal que tales personajes tuviesen algunas peculiaridades extrañas en su personalidad, por lo que no es algo que le preocupe a la mayoría.

Después de que pasaron unas horas, un grupo de personas emergió repentinamente de las Nueve Cimas. Diez en total, quiénes tienen diferentes cultivos, edad y géneros, pero sin excepción, todos lucen expresiones brillantes y de satisfacción. "¡Salió el grupo que entró ayer!"

"¿Cómo les fue? ¿Cómo son las píldoras que pidieron?" Gritó el otro hombre.

Entre estas diez personas, un anciano soltó una carcajada bastante inapropiada para su edad antes de proclamar. "¡El Gran Maestro de la Tierra Santa de los Nueve Cielos es verdaderamente digno de su nombre! ¡Todos nosotros pedimos píldoras y no hubo ni un solo fracaso! ¡Además de eso, la píldora de rango bajo grado Santo que refinó para mi, dio a luz Venas de Píldoras! ¡Jajaja!" Echó su cabeza calva hacia atrás y se rió hacia los Cielos sin ningún tipo de vergüenza.

Las otras nueve personas del grupo de este anciano lo miraron con envidia. Mientras que quienes están en la fila se quedaron atónitos con sus palabras, por lo que después de un breve momento de conmoción, todos desearon poder arrebatarle esa píldora de grado Santo. Después de todo, una píldora Santa con Venas de Píldoras es un tesoro extremadamente raro, algo que no se puede ver ni siquiera cada cien años, por lo que su valor es inconmensurable. Sin embargo, al darse cuenta de su cultivo, todas estas ideas se disiparon instantáneamente. Esto es debido a que el anciano en realidad es un maestro del Segundo Orden Santo.

"Bien bien, les deseo a todos la misma buena suerte. ¡Debo marcharme ahora!" El anciano está claramente de muy buen humor, por lo que se dirigió a la multitud de manera cálida y amigable. Por lo general, un maestro como él ni siquiera miraría a los cultivadores de aquí, y mucho menos les hablaría, pero hoy no puede evitar hablar una y otra vez. Al decir eso, ahuecó sus puños cortésmente hacia Luo Sheng y Meng Tian Fei que están tratando frenéticamente de mantener el orden, antes de irse rápidamente. Luego de que se fue, las personas que están en la fila parecieron despertar de su aturdimiento y pronto se entusiasmaron aún más.

"Ancianos, ¿pueden dejarnos entrar ahora? Hemos estado esperando aquí durante unos días para que finalmente sea nuestro turno" Habló el hombre al frente con ansiedad pero con cortesía.

Ambos se miraron antes de asentir levemente, Luo Sheng anunció rápidamente en un tono serio. "Los diez siguientes invitados por favor sigan a los discípulos de Tierra Santa a la sala de recepción. Cuando lleguen allí, alguien aceptará sus solicitudes de Alquimia y se les brindará una pequeña hospitalidad. ¡Los siguientes diez suban y continúen esperando!"

"¡Por aquí por favor!" Una de las discípulas al frente hizo un gesto cortés. Los diez cultivadores a la cabeza de la línea de repente sintieron que sus pulsos se aceleraron al sentir que la sangre les subió a sus cabezas, empujándose unos a otros por entrar rápidamente, desapareciendo dentro de las Nueve Cimas un momento después. En cuanto a las personas que quedaron a fuera, solo podían seguir esperando ansiosamente.

Ambos Ancianos uno al lado del otro contemplaron esta emocionante escena con gran felicidad. "Hermano Meng, ¿tienes alguna idea de dónde el Maestro Santo encontró a un Gran Maestro Alquímico tan asombroso? ¿No crees que tiene un nivel increíble?"

Meng Tiang Fei sacudió la cabeza con ironía. "¿Cómo se supone que podría saberlo? Hablé este asunto con el Gran Anciano, pero ni siquiera él tiene idea de donde provino este misterioso Gran Maestro o cómo se ve. Lo único que sabemos o al menos especulamos, es que fue uno de los amigos que hizo el Maestro Santo mientras deambulaba en el exterior".

"Increíble... ¡Los métodos del Maestro Santo son realmente extraordinarios! ¡Incluso fue capaz de hacer que un poderoso Gran Maestro trabaje para Tierra Santa!"

"Si, gracias a las remuneraciones que estamos recibiendo a cambio de los servicios de Alquimia, nuestras finanzas han mejorado constantemente y los discípulos ya no tienen que preocuparse por tener los suficientes materiales de cultivo. Je, solo espero que ese Gran Maestro pueda ayudarnos a refinar algunas píldoras de grado Santo en el futuro".

"No te preocupes por eso, cuando llegue el momento, todo lo que tenemos que hacer es hablar con el Maestro Santo y estoy seguro que no habrá ningún problema".

"Tienes razón, pero por el aspecto de esta situación, realmente no sé cuándo el Gran Maestro tendrá tiempo de sobra para nosotros..." Mientras hablaban, ambos volvieron sus ojos hacia el horizonte, en donde vieron a otro grupo de personas volando hacia Tierra Santa. No hay duda que también venían a solicitar servicios de Alquimia. Después de ellos, pronto apareció otro grupo y así sucesivamente, haciendo que la cantidad de personas en la fila aumentará rápidamente. Si bien, se mostraron felices por esto, también se angustiaron. Todos los días, Luo Sheng y Meng Tian Fei quienes son maestros del Reino Santo, deben darles la bienvenida personalmente a oleadas de invitados y a medida que pasó el tiempo, este número solo aumentó. Justo después de que terminaron de organizar al último grupo, desde las Nueve Cimas, vieron volar al Gran Anciano.

Un momento después, Xu Hui llegó frente a ellos y miró la creciente fila de personas con un toque de asombro evidente en su voz. "¿Han venido tantos?"

"Sí, Gran Anciano, la reputación del Gran Maestro de Alquimia de Tierra Santa resuena más fuerte cada día que pasa" Luo Sheng sonrió ligeramente cansado.

"Eso es natural, con una tasa de éxito del cien por ciento en el refinamiento, ¡esto está al nivel de un cuento legendario! ¡Nadie más en el mundo, además del Gran Maestro de Tierra Santa puede presumir de tal hazaña!" Se jactó con orgullo.

"¿Qué asuntos lo traen por aquí?" Preguntó Meng Tian Fei.

"He venido a entregar un mensaje del Maestro Santo" Asintió girándose hacia la multitud reunida antes de gritar. "¡Amigos! ¡Mi nombre es Xu Hui, soy el Gran Anciano de Tierra Santa! ¡Les ofrezco a todos un cordial saludo!" Todos rápidamente le devolvieron la cortesía, ninguno se atrevió a mostrarse irrespetuoso. Al ver la reacción de la multitud, la expresión de Xu Hui se iluminó más, ya que nunca antes se sintió tan animado como hoy, ni siquiera cuando el viejo Maestro Santo estaba vivo. Entonces, continuó con su anuncio. "¡De acuerdo al mandato del Maestro Santo, ¿quisiera preguntar si alguno de ustedes posee Tesoros Espirituales?!"

La mayoría negó con sus cabezas y otros susurraron entre sí, preguntándose por qué el Maestro Santo estaría interesado en adquirir Tesoros Espirituales.