Capítulo N° 00753 - Espada Celestial Profunda

Al percibir la malicia dirigida hacia ellos, el bello rostro de la Dama Santa cambió ligeramente antes de levantar su mano para liberar una fuerza sutil de su Avatar de Alma. Esta fuerza es bastante misteriosa y no contiene rastros de intenciones asesinas o maliciosas, pero cuando apareció, fue como una lluvia que cubrió ligeramente a Yang Kai, Hai Wang Gu y al viejo Cheng, filtrándose en sus Avatares de Alma antes de desaparecer. Frente a esto, los tres fruncieron el ceño, inseguros de lo que estaba intentando hacer. Sin embargo, un momento después, Yang Kai sintió que su estado mental se había calmado enormemente y su Alma sintió una sensación de comodidad, como si una brisa primaveral hubiese barrido todos su problemas. Secretamente sorprendido, miró a los dos ancianos y se dio cuenta que la irritabilidad de sus Avatares pareció haberse calmado. Ambos ya no se mostraban agresivos ni violentos y podían pensar claramente. Obviamente la Habilidad Alma que utilizó la Dama Santa permite despejar los corazones y las mentes de los demás.

Los dos viejos se miraron frunciendo el ceño y dudaron un momento antes de que Hai Eang Gu preguntara. "¿Qué pasó justo ahora? ¿Intentamos atacarla..."

Ella reveló una ligera sonrisa. "Sí, pero tengan la seguridad de que no diré nada sobre ese asunto, sin embargo, tampoco deseo que otros sepan que estuve aquí. Por lo que ahora deberíamos encontrar una salida para irnos, ¿están de acuerdo?"

Ambos ancianos permanecieron en silencio, con sus ceños bastante fruncidos.

Frente a esto, la Dama Santa se sintió inquieta. Aunque utilizó su Habilidad Alma especial para ayudarlos a estabilizarse temporalmente, estos dos hombres no son buenas personas. De modo que es imposible eliminar sus pensamientos maliciosos de sus Almas para disuadirlos. En su desesperación, miró a Yang Kai en busca de ayuda, pero él fingió no estar involucrado en este asunto, lo que la hizo apretar sus dientes y aunque no le dijo nada, ¡está a punto de explotar!

Después de un tiempo, Hai Wang Gu habló de repente. "Hermano Cheng, ¿qué dices?"

Respiró hondo. "Como las cosas llegaron tan lejos, deberíamos llegar hasta el final".

Asintió y sonrió. "Bien, pensamos igual". Dicho esto, le lanzó una mirada aguda a la Dama Santa y resopló fríamente. "¿Y qué si tienes un estatus tan especial? A nadie le importa eso aquí y nadie tampoco sabrá que fuimos nosotros quienes te mataron".

El rostro de la Dama Santa finalmente se puso sombrío al darse cuenta que efectivamente estos dos viejos están decididos a silenciar a los testigos de sus crímenes. Después de haber asesinado a tantos cultivadores extranjeros y luego de que la Alianza de las Siete Familias perdiera a tantos maestros del Reino Trascendental, será extremadamente perjudicial para la Familia Hai y para la Familia Cheng. Por lo que no quieren dejar testigos de que en realidad fueron ellos dos quienes lo causaron, además de eso, este es el lugar perfecto para hacer desaparecer a alguien.

Mientras hablaban, los Avatares de Alma de los ancianos una vez más revelaron un aura hostil y violenta y al siguiente instante, ambos lanzaron ataques de Sentidos Divinos hacia Yang Kai. La fuerza de este joven parece relativamente baja, por lo que querían eliminarlo primero para luego buscar una forma de lidiar juntos contra la Dama Santa. Sin embargo, antes de ser golpeado, esquivó sus ataques rápidamente. "¿Hm?" Se sorprendieron por el inesperado desarrollo.

"Te ayudaré con uno, puedes derrotar al otro, ¿verdad?" Yang Kai miró a la Dama Santa antes de enfocarse en Hai Wang Gu. "¡Maldito anciano, muéstrame de que estás hecho!"

"¡Te mataré estúpido mocoso!" Rugió enojado, siendo fácilmente atraído por la burla de Yang Kai y cargando hacia él al siguiente instante. Normalmente sería imposible que actuara con tanta imprudencia, pero en este momento, ha absorbido tantos remanentes de Alma, que su conciencia está inestable. Así que se podría decir que la mayoría de sus acciones en este momento, solo están siendo impulsadas por sus instintos básicos.

"Espera..." Ella intentó decirle algo a Yang Kai, pero antes de que pudiese hacerlo, el viejo Cheng la atacó y no tuvo más remedio que utilizar una Habilidad Alma para defenderse.

Yang Kai se llevó a Hai Wang Gu lejos pero no tiene la intención de luchar contra él, así que solo estaba evitando constantemente sus ataques de Sentido Divino mientras aprovechaba de observar la situación de la Dama Santa. Planeaba que ella matara a los dos ancianos para no exponer ni su fuerza, ni su Mar de Conocimiento Conflagrado. Además, con los antecedentes que tiene esta mujer, debería ser capaz de hacerlo. Aunque su cultivo es un poco más bajo que el de estos viejos, la Alianza de las Siete Familias no se le puede comparar a la Tierra Santa de los Nueve Cielos en términos de Herencia y debido a la Habilidad Alma que antes mostró, estimó que debería poder derrotarlos. Sin embargo, poco tiempo después, descubrió que las cosas iban mal.

Bajo el ataque constante del viejo Cheng, esta mujer parecía solo evadir y defenderse, sin mostrar intenciones de atacar. Desde la perspectiva de Yang Kai, ella tuvo múltiples oportunidades para aprovechar las aperturas de su oponente y lanzar un contraataque, pero nunca lo hizo. Era como si no tuviese la voluntad de luchar. "¡¿Qué estás haciendo?!" Le gritó molesto. "¡Ataca! ¡¿Planeas seguir huyendo?! ¡Lucha con todas tus fuerzas!"

"Yo..." La Dama Santa quería desesperadamente llorar, pero no podía derramar lágrimas, intentó explicarse, pero fue interrumpida nuevamente por el asalto del anciano.

"¡Mocoso! ¡Deberías preocuparte por ti mismo!" Hai Wang Gu reía locamente.

Yang Kai lo miró fríamente antes de que su cuerpo desapareciera y un momento después reapareciera frente a la Dama Santa. Gruñó. "¿Qué te pasa? ¿Por qué no estás luchando?"

Apretó los dientes y respondió enojada. "¡¿Por qué preguntas lo que ya sabes?!"

"¿Por qué te preguntaría lo que ya sé?" Puso los ojos en blanco.

"¡Soy la Dama Santa de la Tierra Santa de los Nueve Cielos!"

"Lo sé, ¿y eso que importa?" No podía entender lo que quiere decir.

"¿No sabes lo que no puedo hacer?" Bloqueó otro ataque del anciano.

"No" Sacudió la cabeza.

"¿De dónde se supone que vienes para no saberlo?" Se dio cuenta que Yang Kai no está mintiendo, por lo cual se llenó de sorpresa. "¡Una Dama Santa no puede matar mientras viva!"

"¿Quién lo dice?" Su rostro se puso negro al darse cuenta que su plan no será posible.

"¡Es así desde la antigüedad!" Explicó apresuradamente. "¡No podemos matar ya que si lo hacemos, nuestro Arte Secreto fallará!"

"¿Quién mierda practicaría un Arte Secreto tan tonto?" Se sintió furioso ya que nunca escuchó hablar de un Arte Secreto con una restricción tan ridícula. Sin embargo, si la condición es realmente tan irracional, probablemente debe ser bastante formidable.

"¿Y tú por qué no haces nada?" Le lanzó una mirada aguda. "¡Incluso en esta situación pareces bastante relajado, ¿quieres que yo haga todo el trabajo?!"

Yang Kai maldijo en silencio, al parecer tendrá que matar a estos dos viejos.

"Aunque yo no puedo matarlos por mi misma, con mi ayuda tú podrías hacerlo aunque no seas su oponente" Agregó apresuradamente.

"¿Cómo podrías ayudarme?"

La Dama Santa no dijo nada y en su lugar vertió algún tipo de Habilidad Alma en el Avatar Alma de Yang Kai. Cuando esto sucedió, su rostro cambió ligeramente al sentir que algo entraba en su cuerpo, como si se creara una conexión entre él y ella. Era como si esta mujer poseyera algo dentro que ahora fluye hacia Yang Kai, aumentando la fuerza de su Energía Espiritual. Además de eso, una gran cantidad de información comenzó a aparecer en su mente y todo tipo de Artes Secretos misteriosos y Habilidades Marciales se grabaron rápidamente en su conciencia. ¡Inmediatamente sintió como si pudiese utilizar libremente estas Habilidades! Este sentimiento fue fantástico e irreal, pero estaba completamente convencido que es verdad. Sus rápidos pasos se detuvieron rápidamente y se mantuvo firme mientras respiraba profundamente con sus ojos llenos de luz. La Dama Santa también se detuvo apresuradamente a su lado y lo miró nerviosamente.

"¡Pequeños mocosos! ¡Ya no pueden seguir corriendo!" Hai Wang Gu y el viejo Cheng rugieron. Aunque estos dos jóvenes no son tan fuertes como ellos, eran bastante rápidos, por lo que si no se hubiesen detenido por su propia cuenta, es probable que no pudiesen atraparlos. Es por eso que estaban bastante molestos y liberaban una fuerte intención asesina.

Yang Kai se volvió lentamente y los miró con el ceño fruncido, aparentemente perplejo de su propia condición actual. Un momento después, levantó lentamente la mano y su Energía Espiritual estalló, condensándose rápidamente en una enorme espada dorada que flotaba sobre su cabeza. Esta espada de más de una docena de metros de largo, está compuesta exclusivamente por Energía Espiritual y desde su cuerpo dorado, un aura ardiente y pulsante parecía ser capaz de incinerar cualquier cosa que tocara. Entonces, una sensación de opresión incomparable cayó desde los Cielos y los rostros de los ancianos se pusieron rígidos mientras miraban a Yang Kai. Bajo esta presión, sintieron como si una montaña estuviese sobre ellos y una profunda sensación de temor penetró hasta sus huesos. En ese instante, sintieron la muerte sobre ellos.

En cuanto a la Dama Santa, estaba temblando con una mirada llena de asombro. Mientras miraba a Yang Kai, un tipo diferente de luz brilló en sus hermosos ojos, como si acabara de descubrir algo completamente incomprensible, sin embargo, ¡su espíritu se elevó enormemente!

Por otro lado, Yang Kai miró la espada gigante sobre él, algo perdido en sus sentimientos, luego, movió su muñeca. Al siguiente instante, la espada descendió del cielo directamente hacia el viejo Cheng. Entonces, una violenta ola de viento pasó y antes de que el anciano pudiese hacer algún sonido, su Avatar Alma se desintegró bajo la espada. Hai Wang Gu que estaba a su lado, fue arrojado por el aire varios metros aterrizando cerca de manera un tanto inestable. "¿Esta es la Espada Celestial Profunda?" Frunció el ceño y miró a la Dama Santa.

"¡Sí!" Asintió repetidamente.